Este corte que acompaña y da título al post no pertenece realmente a la saga de la que hablaremos a continuación, tan solo es un fragmento de un libro titulado Pale Blue Dot de Carl Sagan inspirado en una fotografia de la Tierra tomada por la nave espacial Voyager 1 a una distancia de 6.000 kilómetros allá por 1990.
Lo ví hace unos días en un coment de Las Penas del Agente Smith, a las dos de la mañana y como diría aquel, se me puso la gallina de piel.

No se puede hablar de nada relacionado con Carl Sagan sin nombrar inmediatamanete su gran obra para televisión pública estadounidense (?) y para más de medio mundo: El Cosmos, un viaje personal.

Prosa científica. Eso es El Cosmos. La mejor serie de divulgación jamás emitida en televisión.

Trece capítulos, donde un físico de jersei de cuello alto y americana de ante describe de manera fácil y agradable la física para los no iniciados, descubre los secretos del universo, los avances y retorcesos del hombre o las anécdotas sobre Einstein o Edwin Hubble.
Mil histórias contadas a bordo de una nave espacial en un viaje interestelar inolvidable, aunque todo sea dicho, sin los alardes visuales de hoy en día pues la serie tiene más de 25 años.
No hay grandes efectos, ni animaciones en 3-D, tampoco hacen falta.
Simplemente la figura retro de Carl Sagan salteada con unas cuantas imágenes, paisajes y estrellas.
Y por encima de todo una voz sabia, pausada, acompañada de unas melodias mágicas que destilan conocimiento y sobretodo paz.
Una mezcla de astronomía y poesia a ritmo de Vangelis.

Imprescindible.