Lucha de titanes
Aunque el título pueda despistar a alguno, en la entrada de hoy no voy a hablar sobre el desastroso encuentro entre el Barça y los Rangers. Entre otras cosas porque el tema deportivo no es a mí a quien compete y porque el asunto en cuestión que hoy nos ocupa es de una trascendencia mucho mayor.
Corrían los 90. Emilio Aragón, enfundado en una impoluta bata blanca, era el dueño y señor de la noche de los jueves, los foskitos destruían nuestros premolares mientras sonaba en nuestro apreciado walkman, un cassette reciclado con Wannabe a toda pastilla.
En la clases había una clara división. Aunque todos estábamos únidos por lápices Junior y macro estuches Pelikan, un gigantesco dedo divino en forma de mochila nos indicaba a qué estrato social pertenecíamos.
La mochila te marcaba cual hierro ardiente marca a una res en un rancho de Texas. Si la liga se disputaba entre el Barcelona y el Real Madrid, en el liderazgo de la venta de mochilas, se batían en duelo dos claros modelos: la Umbro “porta-pelotas” y la Nike “Just do it”.
De corte más clásico, la Nike se diferenciaba del resto de mochilas comunes por llevar escrito en la parte superior a Arial 48: JUST DO IT. Pam! Directo. Sin más .
En el lado derecho del ring, desde Milwaukee y con calzones rojos... la “porta-pelotas”! En realidad no sé como se llamaba ese modelo, pero el caso es que la puñetera mochila tenía una capacidad de 50 litros, cuanto menos. Pese a eso, sus poseedores, mentes ilustres, la utilizaban para llevar el balón de fútbol al colegio.
El resto de la plebe, con mochilas Avia, Reebok o Boomerang a la espalda, contemplaba el duelo con escepticismo, conteniendo en muchos casos cierto grado de envidia, por no ser portadores de una de las grandes.
Pasó el tiempo, y aunque las Umbro empezaron con fuerza y sorprendiendo a la competencia, las Just do it no tardaron en inundar el mercado, captando al sector femenino algo después con “mini-mochilas”.
Pues bien, hoy miércoles 24 de octubre, más de 10 años después, el combate ha tenido un ganador:
Corrían los 90. Emilio Aragón, enfundado en una impoluta bata blanca, era el dueño y señor de la noche de los jueves, los foskitos destruían nuestros premolares mientras sonaba en nuestro apreciado walkman, un cassette reciclado con Wannabe a toda pastilla.
En la clases había una clara división. Aunque todos estábamos únidos por lápices Junior y macro estuches Pelikan, un gigantesco dedo divino en forma de mochila nos indicaba a qué estrato social pertenecíamos.
La mochila te marcaba cual hierro ardiente marca a una res en un rancho de Texas. Si la liga se disputaba entre el Barcelona y el Real Madrid, en el liderazgo de la venta de mochilas, se batían en duelo dos claros modelos: la Umbro “porta-pelotas” y la Nike “Just do it”.
PD. Yo siempre quise tener una “porta-pelotas”...
1 comentarios:
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Te has olvidado la Reebok clásica que llevaban la gente de bien, los chicos elegantes y las buenas mozas xD.
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