¿Os acordáis de los ochenta? Cardados imposibles, hombreras dignas de la NFL y psicodélicos neones por doquier. Pues bien, por aquellos años de bizarrismo y perversión, andaba un Bob Geldof cansado de los lunes, sin mucho más que decir al mundo y con ganas de hacer algo por los más desfavorecidos: tras una visita a Etopía se había dado cuenta de que aunque su disco no fuera el número uno de Reino Unido, había gente que estaba mucho peor.

Escribió un villancico con la intención de destinar al tercer mundo las recaudaciones del single, pero como la letra no era gran cosa, pensó en un plan B: llamar a algunas caras conocidas de la música británica con tal de darle tirón al tema. Entre una cosa y otra se unieron a la causa integrantes de Genesis, Spandau Ballet, Duran Duran, The Police, U2 (como no), Status Quo, Culture Club y algunos más (aquí tenéis la lista completa). ¿El resultado? Cerca de 8 millones de libras que viajaron hacia África.



Tras la buena aceptación del single, decidieron dar un paso hacia delante y organizar un macro-concierto, el Live Aid, 16h de directo por el que pasaron más de 60 grupos y con el que se consiguió reacaudar 100 millones de libras.

20 años después del Live Aid y con motivo de la reunión del G8, Geldof organiza el Live 8, de nuevo un macro-concierto, pero esta vez repartido en 10 escenarios en las principales capitales mundiales. Londes, París, Moscú, Berlín, Edimburgo, Philadelphia... fueron algunas de las ciudades que acogieron en sus escenarios artistas como Paul McCartney, Coldplay, Elton John, U2, Sting, Madonna o el inesperado reencuentro de los Pink Floyd (a ellos también los debieron pillar de improvisto, porque parecía que venían de dejar a los nietos en la guardería):





El Live 8 consiguió crear conciencia social en gran parte del mundo, aunque sólo fuera durante unas horas. Por supuesto aquí como el que oye llover, con saber que al siguiente miércoles iban a televisar los Serrano, ya podía desaparecer el universo conocido en un nuevo Big Bang.

En el currículum de Bob Geldof hay que resaltar en negrita su participación como protagonista en la película The Wall, basada en el disco conceptual de Pink Floyd. Una obra maestra que recomiendo encarecidamente vean nuestros lectores.

A pesar que la carrera musical de Geldof no haya sido la más brillante ni la más prolífera del panoráma mundial (ni siquiera del británico), ha conseguido llevar la música más allá de los altavoces, ha conseguido que mientras sonaba el solo de guitarra de David Gilmour en Conformably Numb delante de una pared floydiana con la palabra Poverty, millones de personas tuvieran la esperanza de que otra mundo es posible.
Quizás sólo fuera un espejismo que duró apenas 7 minutos y medio. Fue bonito.

Feliz Navidad.

Actualización:
En 2004 se reeditó el tema Do they know it's christmas, con caras nuevas como Chris Martin de Coldplay o Robbie Williams. Nada comparable con la carismática versión de los 80. Bono seguía en el ajo.