Y al tercer día, resucitó de entre los muertos

En mi caso he necesitado algo más, unas tres semanas. Tres jodidas semanas para salir victorioso del agujero negro sodomizador que son los exámenes finales. En algunas asignaturas he conseguido salvar los muebles, pero en otras... tendré que jugar la prorroga en septiembre.

Y es que en esto de los exámenes, pasa como en el deporte rey: No siempre gana el que mejor juega.
Te preparas el partido siguiendo las directrices del maestro: táctica defensiva, aguantando el resultado, y a la que el contrario se despiste, pam, le metes tres. No es el joga bonito del Barça, pero con esta táctica se han ganado ligas.

Llega el día D y te dispones a ganar el partido: has estudiado su juego, sus tácticas, tienes la sartén por el mango. Pero oh maldito destino. Cuando estás a punto adelantarte en el marcador, te pegan un pase de gol y te pillan a pie cambiado. ¿Resultado? Fractura de ligamento, desgarramiento anal y un papelito que pone: "Vale por una segunda oportunidad en septiembre".

Ya lo dijo aquel: Futbol es futbol.

Aprovecho la entrada para desearos unas felices fiestas y anunciar que volveré a estar en activo por aquí, aunque me tengo que poner al día de qué es lo que ha pasado en el mundo durante estos días que he estado ausente. Podría haber habido un golpe de estado en este país y no haberme enterado.

Lo dicho, nos leemos.


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